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Tela ofrece mar, cultura y selva en perfecta armonía

  • Foto del escritor: Maynor Moncada Funez
    Maynor Moncada Funez
  • 17 ago
  • 2 Min. de lectura

Ubicada en el corazón del Caribe hondureño, Tela, en el departamento de Atlántida, es un destino donde la historia, la cultura garífuna y la naturaleza conviven en un equilibrio perfecto. El río Lancetilla divide la ciudad en dos sectores: Tela Viejo, al este, y Tela Nuevo, al oeste, rodeados de comunidades garífunas y áreas protegidas que realzan su identidad y atractivo turístico.

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Al este se ubica la villa de Ensenada y, a pocos kilómetros, la comunidad garífuna de Triunfo de la Cruz, junto al Refugio de Vida Silvestre Punta Izopo. Hacia el oeste, se encuentra Tornabé, la comunidad garífuna más grande de la región, y más adelante la villa de Miami, cercana a la Laguna de Los Micos, Punta Sal y el Parque Nacional Jeanette Kawas. También destaca la pintoresca comunidad garífuna de San Juan, mientras que hacia el sur, el Jardín Botánico Lancetilla se erige como un pulmón verde de relevancia mundial.


Historia y legado

Fundada el 3 de mayo de 1524 por el conquistador español Cristóbal de Olid, la ciudad inicialmente llevó su nombre. Sin embargo, con el tiempo pasó a llamarse simplemente Tela, aunque algunos historiadores atribuyen el nombre a la voz indígena Tetela, que significa “tierra fragosa de montes y sierras”. El Triunfo de la Cruz conservó su nombre original, y el patrono de la ciudad, San Antonio de Padua, es recordado como “el santo de todo el mundo” por su devoción universal.

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Naturaleza y aventura

La Bahía de Tela es ideal para actividades marinas. Centros de buceo ofrecen cursos y excursiones para explorar el arrecife de Capiro, uno de los ecosistemas marinos más ricos del Caribe, además de opciones de snorkel en aguas cristalinas repletas de vida marina.


El Parque Nacional Jeanette Kawas, antes conocido como Punta Sal, alberga 14 ecosistemas distintos que van desde selvas tropicales hasta manglares y lagunas, donde habitan monos aulladores, delfines y aves exóticas. Su nombre honra a la ambientalista hondureña que luchó por la conservación de este tesoro natural.

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Por su parte, el Jardín Botánico Lancetilla es considerado uno de los más grandes del mundo, con 1,680 hectáreas y más de mil especies de plantas traídas de cuatro continentes. Sus senderos y arboretos ofrecen un recorrido inolvidable para los amantes de la botánica y el ecoturismo.

Un destino inolvidable

Con su mar turquesa, la riqueza de la cultura garífuna y la exuberancia de sus bosques, Tela se consolida como uno de los destinos más cautivadores de Honduras. Cada playa, cada sendero y cada historia invitan a descubrir, disfrutar y regresar.

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