top of page

Terapia con IA: beneficios, riesgos y límites

  • Foto del escritor: Maynor Moncada Funez
    Maynor Moncada Funez
  • 22 sept
  • 2 Min. de lectura

Cada vez más personas recurren a la inteligencia artificial para hablar sobre sus emociones, buscar consejos o aliviar sentimientos de soledad. Modelos como ChatGPT, que inicialmente fueron creados para resolver dudas técnicas o responder preguntas generales, ahora se utilizan como una especie de “terapia digital”.


ree

Sin embargo, esta tendencia plantea interrogantes sobre el impacto en la salud mental y los riesgos de sustituir a un profesional de la psicología.


El atractivo de estas herramientas se explica por su inmediatez, bajo costo y disponibilidad permanente. Frente a las dificultades de acceso a un psicólogo, como las listas de espera o los elevados honorarios, la IA ofrece respuestas rápidas, organización de pensamientos e incluso alertas sobre la urgencia de ciertas situaciones.


En particular, los jóvenes encuentran en los chatbots un espacio libre de juicios y con atención inmediata. No obstante, expertos como Jocelyn Dunstan, de la Universidad Católica, aclaran que la IA puede ser un apoyo, pero no reemplaza la consulta clínica.


El principal problema, según especialistas, es la imposibilidad de simular la experiencia humana real. Aunque los sistemas actuales resultan muy convincentes en su lenguaje, carecen de elementos esenciales de la interacción terapéutica, como el contacto visual, el tono de voz o los gestos que regulan emocionalmente al paciente.


Además, fenómenos como la transferencia psicológica o el simple hecho de acudir a consulta quedan fuera del alcance de un algoritmo.


Otro de los riesgos señalados es la falta de regulación en cuanto a la privacidad de datos. Mientras los psicólogos están obligados por leyes de confidencialidad, los servicios de IA dependen de políticas comerciales que pueden exponer información sensible de los usuarios.


También influyen los sesgos culturales y lingüísticos, ya que la mayoría de estos sistemas han sido entrenados con datos anglosajones, lo que limita la pertinencia de sus respuestas en contextos diferentes.


Finalmente, los expertos advierten que la dependencia emocional hacia estas herramientas puede convertirse en un problema.


Si bien la reacción inmediata puede generar sensación de compañía, el diseño comercial de los chatbots busca mantener al usuario conectado, lo que refuerza la ilusión de cercanía.


En contextos de crisis o riesgo vital, la recomendación es clara: la inteligencia artificial no debe sustituir la atención de un profesional, ya que retrasar una intervención oportuna puede tener consecuencias graves para la salud mental.


Redacción EMC.

Comentarios


MÁS NOTICIAS

Más Noticias

Entretenimiento

2.png
bottom of page