Honduras celebra la diversidad cultural en el Día de la Raza
- Maynor Moncada Funez
- 12 oct
- 2 Min. de lectura
Cada 12 de octubre, Honduras se une a la conmemoración del Día de la Raza, una fecha que invita a reflexionar sobre la diversidad cultural a raíz del encuentro ocurrido en 1492 con la llegada de Cristóbal Colón a América. Más allá de recordar este hecho histórico, el país destaca la riqueza de sus etnias, su diversidad lingüística y la herencia indígena, afrodescendiente y mestiza que conforma la identidad nacional.

En distintas regiones del país, instituciones educativas, autoridades locales y comunidades organizan actos cívicos y culturales para rendir homenaje a los antepasados que contribuyeron a la formación del pueblo hondureño.
Entre las actividades más comunes se encuentran danzas folclóricas, exposiciones de arte, trajes típicos y presentaciones musicales, expresiones que forman parte de la memoria histórica y reflejan el respeto por la diversidad.

Esta fecha también representa un momento para reconocer el valor de los pueblos indígenas y afrodescendientes, guardianes de tradiciones, lenguas y saberes ancestrales. En Honduras, grupos como los lencas, garífunas, miskitos, tolupanes, tawahkas, pech y chortís mantienen vivas costumbres que enriquecen la cultura nacional y fortalecen el sentido de pertenencia e identidad territorial.

Autoridades de cultura y educación resaltan que esta conmemoración no debe limitarse a una celebración simbólica, sino convertirse en una oportunidad para promover la inclusión, el respeto y la igualdad de derechos entre todos los sectores de la sociedad. Asimismo, destacan la importancia de enseñar la historia con una visión crítica y plural, reconociendo los aportes de cada pueblo al desarrollo del país.
El Día de la Raza busca, además, generar conciencia sobre los desafíos que enfrentan las comunidades étnicas en la actualidad, entre ellos la falta de acceso a servicios básicos, la pérdida de territorios ancestrales y la discriminación.
Mantener viva su memoria y su papel histórico es fundamental para construir una Honduras más justa, equitativa y solidaria, donde la diversidad cultural sea motivo de orgullo y unión nacional.
















































































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