Estados Unidos y Finlandia construirán 11 rompehielos para ampliar su flota en el Ártico
- katherinsotoma4
- 10 oct
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Estados Unidos y Finlandia firmaron un importante acuerdo de cooperación para la construcción de 11 rompehielos, con el objetivo de fortalecer la presencia marítima en el Ártico, una región que cobra cada vez mayor relevancia estratégica por el deshielo y la apertura de nuevas rutas comerciales.

El proyecto forma parte de un plan conjunto para modernizar las capacidades de la Guardia Costera estadounidense y asegurar una mayor operatividad en condiciones extremas.
Según lo establecido, cuatro buques serán fabricados en Finlandia y los siete restantes en astilleros estadounidenses, con el apoyo técnico de ingenieros finlandeses. Las autoridades prevén que las primeras entregas comiencen en 2028 y que la inversión total ronde los 6,100 millones de dólares.
Además de fortalecer la industria naval, este programa generará miles de empleos y fomentará la transferencia tecnológica entre ambas naciones.
La decisión responde al creciente interés geopolítico en el Ártico, una zona donde potencias como Rusia y China han incrementado su presencia en los últimos años. Actualmente, Estados Unidos cuenta con una capacidad limitada de rompehielos operativos, mientras que Rusia posee la flota más numerosa del mundo en este tipo de embarcaciones.
Con esta alianza, Washington busca cerrar esa brecha y reforzar su seguridad marítima en la región.

Finlandia, reconocida por su experiencia en la construcción de barcos polares, aportará tecnología de punta y diseño especializado para garantizar que los nuevos rompehielos puedan operar con eficiencia en temperaturas extremas.
Los astilleros participantes en Estados Unidos estarán ubicados en los estados de Texas y Luisiana, donde se espera un impulso económico significativo para la industria naval local.
El proyecto, además de su impacto económico, tiene una clara dimensión estratégica. La cooperación entre ambos países reafirma su compromiso con la estabilidad del Ártico y la defensa de sus intereses frente al avance de otras potencias.
De cumplirse los plazos establecidos, los nuevos rompehielos comenzarán a operar a finales de esta década, marcando un paso firme hacia una presencia más sólida de Estados Unidos en las aguas polares.
















































































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