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El Chagas: una extraña enfermedad transmitida mientras dormimos

  • katherinsotoma4
  • 6 oct
  • 2 Min. de lectura

La enfermedad de Chagas en Honduras es una de las "enfermedades desatendidas" más importantes, concentrada históricamente en las áreas rurales y de mayor pobreza.


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El responsable es el parásito Trypanosoma cruzi, transportado por la chinche picuda (triatomino).


Curiosamente, la infección no ocurre por la picadura en sí, sino por un mecanismo peculiar: después de que el insecto pica a la persona (a menudo cerca de la boca o los ojos mientras duerme), defeca.


Si la persona se rasca instintivamente, introduce las heces infectadas en la herida o mucosa, permitiendo que el parásito inicie su ciclo letal dentro del cuerpo humano.


Lo más insidioso del Chagas es su carácter de "bomba de tiempo biológica". Tras una fase inicial, que en Honduras pasa frecuentemente desapercibida o se confunde con síntomas comunes, el parásito se esconde en el cuerpo.


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La enfermedad entra en una fase crónica que puede durar décadas, durante las cuales la persona no siente molestia alguna. Esta latencia contribuye a que alrededor de 1.2 millones de hondureños que viven en las zonas endémicas, principalmente en el centro, occidente y oriente del país, desconozcan que el parásito está activo en su organismo.


El verdadero peligro del Chagas se manifiesta cuando ataca al corazón años después, convirtiéndose en una causa principal de insuficiencia cardíaca y la necesidad de marcapasos en hospitales hondureños.


La enfermedad daña el músculo cardíaco lentamente, hasta provocar arritmias graves y muerte súbita.


Esta enfermedad crónicamente devastadora está directamente ligada a las condiciones de vida: la chinche picuda anida preferentemente en las grietas de las viviendas construidas con materiales rústicos, como el adobe y la paja, que son comunes en los departamentos de Lempira, Intibucá, Copán y Francisco Morazán.


A pesar de los desafíos persistentes con el vector nativo (Triatoma dimidiata), Honduras logró una hazaña sanitaria destacada: la Organización Panamericana de la Salud (OPS) certificó la eliminación del principal vector domiciliario, el Rhodnius prolixus, un logro fundamental en la prevención de nuevos contagios.


No obstante, el Chagas sigue siendo un tema de vigilancia constante y un llamado de atención. Su historia es un recordatorio de cómo la salud pública en Honduras debe continuar enfocándose en el mejoramiento de la vivienda rural y la detección temprana para desactivar este "asesino silencioso" antes de que cause daños irreversibles.


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