Actividad física regular: vital para una vida saludable y productiva
- Maynor Moncada Funez
- 4 jul
- 2 Min. de lectura
En un mundo cada vez más acelerado y sedentario, la actividad física regular se consolida como una herramienta esencial para preservar la salud, prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida. Diversos estudios médicos y organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), coinciden en que ejercitarse al menos 150 minutos por semana puede marcar una gran diferencia tanto en la salud física como en el bienestar mental.

Practicar ejercicio de forma constante no solo ayuda a mantener un peso saludable y a fortalecer músculos y huesos, sino que también reduce el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Además, la actividad física mejora el estado de ánimo, combate la ansiedad y la depresión, y favorece un descanso nocturno reparador.
En Honduras, el sedentarismo ha aumentado, especialmente entre jóvenes y adultos que pasan largas horas frente a dispositivos electrónicos. Ante esta realidad, expertos en salud recomiendan retomar hábitos como caminar diariamente, hacer pausas activas durante la jornada laboral o practicar disciplinas como natación, ciclismo o danza.

“Una rutina de actividad física no requiere grandes inversiones ni instalaciones especiales. El cuerpo humano está diseñado para moverse, y basta con empezar con caminatas de 30 minutos diarios para notar beneficios significativos”, explican licenciados en Educación Física.
Las instituciones armadas y de seguridad, tradicionalmente reconocidas por su disciplina física, también sirven como ejemplo en la promoción del ejercicio, integrándolo como parte esencial del entrenamiento y la salud preventiva de su personal. Esta práctica no solo fortalece el rendimiento físico, sino que también desarrolla la disciplina, el trabajo en equipo y la resistencia mental.
En el ámbito civil, diversas organizaciones y centros educativos ya implementan programas de activación física para estudiantes, trabajadores y comunidades. El reto, sin embargo, sigue siendo cultural: cambiar la percepción del ejercicio como un lujo o una obligación y reconocerlo como una necesidad fundamental.
Adoptar una rutina de ejercicio es una inversión para el presente y el futuro. Cada paso cuenta, cada movimiento fortalece y cada hábito saludable contribuye a construir una sociedad más fuerte, activa y feliz, concluyen los especialistas.
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