¡Thunder campeón! Oklahoma City vence a Indiana en el Juego 7

El Thunder lo logró. Tras una temporada repleta de expectativas y una final inolvidable, el Oklahoma City Thunder se coronó campeón de la NBA al vencer 103-91 a los Indiana Pacers en el séptimo juego de la serie, desatando la euforia en el Paycom Center y escribiendo una nueva página dorada en la historia de la franquicia.

Shai Gilgeous-Alexander fue el protagonista indiscutible: el base canadiense firmó una actuación estelar con 34 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias, guiando a un equipo joven y hambriento hacia la cima. Fue nombrado MVP de las Finales, consolidando su lugar entre la élite de la liga.

"Este grupo creyó desde el primer día. Pasamos por todo para llegar hasta acá, y hoy lo conseguimos", declaró Gilgeous-Alexander, visiblemente emocionado, al alzar el trofeo Larry O’Brien. "Oklahoma se lo merece."

El Thunder, que no disputaba unas Finales desde 2012, mostró una madurez notable pese a su juventud. Bajo la dirección del técnico Mark Daigneault y con un núcleo formado casi íntegramente a través del draft, Oklahoma construyó una identidad basada en defensa intensa, solidaridad y desarrollo interno.

Indiana, liderado por Tyrese Haliburton (26 puntos, 9 asistencias), ofreció batalla hasta el entretiempo. Pero en la segunda mitad, el desgaste físico y la profundidad del plantel local inclinaron la balanza. Jalen Williams y Chet Holmgren aportaron 36 puntos combinados, brillando en ambos costados de la cancha y sellando la victoria.

Este campeonato representa mucho más que un trofeo: es la validación de un proceso. Desde la salida de Kevin Durant en 2016, Oklahoma apostó por una reconstrucción paciente e inteligente, acumulando selecciones del draft, desarrollando talento joven y cultivando una cultura sólida. Hoy, ese proyecto alcanzó su cima.

Con este título, el Thunder celebra su primer campeonato de la NBA bajo su nombre actual. La franquicia ya había ganado uno en 1979 como Seattle Supersonics, pero esta vez, la gloria pertenece por completo a Oklahoma City.

Las calles de la ciudad explotaron en júbilo tras el silbatazo final, con miles de fanáticos festejando una hazaña largamente esperada. El trueno ha vuelto a rugir, y muchos ya hablan del nacimiento de una nueva dinastía en el Oeste.