Servir a la patria: más que una misión, un propósito de vida
- Maynor Moncada Funez
- 4 dic
- 2 Min. de lectura
Todos los soldados de las Fuerzas Armadas de Honduras comparten un propósito fundamental: servir al país, defender la soberanía y la integridad territorial, apoyar la seguridad ciudadana, contribuir a los planes y programas de desarrollo del Estado y proteger a los ciudadanos en situaciones de emergencia y desastres naturales, entre otras tareas.

Por la naturaleza de su formación y la misión que cumplen, los soldados desempeñan un importante papel de servicio social, ya que el compromiso adquirido de honor es con el pueblo hondureño, a quien sirven sin mezquindades, sin distinción de raza, estratos sociales, religión o credos políticos, los 365 días del año.

Conscientes de que detrás de cada militar existe una familia que espera con orgullo en casa, ellos infunden firmeza, estrategia y entrega total en cada operación que exige precisión, disciplina y fuerza de voluntad. Servir a la patria no es solo una tarea, es un compromiso que nace de un profundo sentimiento de amor a la nación, el cual se lleva con honor y a paso firme.
De esta manera, los militares que sirven a la patria transforman sus propias vidas e inspiran a otros jóvenes a seguir su ejemplo e iniciar un proyecto de vida. Desde las Fuerzas Armadas no solo se forman soldados ejemplares, sino también ciudadanos comprometidos con los destinos sagrados del país.

La institución cuenta con una representación genuina de los nueve grupos étnicos del país, así como con la incorporación de la equidad de género en las diferentes categorías y especialidades militares. Muchos han encontrado en el servicio militar una oportunidad de superación, crecimiento profesional y formación técnica, gracias a las oportunidades y beneficios que brindan las Fuerzas Armadas a sus integrantes.
Son numerosos los jóvenes provenientes de los 18 departamentos del país que se han enlistado en la institución militar compartiendo un mismo deseo: la superación. En cada ser humano existen metas y sueños por cumplir; las oportunidades no siempre llegan, se buscan, y cuando no se pierde la esperanza ni la perseverancia, es posible alcanzar cualquier objetivo propuesto.
Asimismo, muchos hombres y mujeres que ya han culminado su etapa como militares activos, formados técnica y profesionalmente en las Fuerzas Armadas, hoy son personas emprendedoras y productivas. Esto gracias a una formación marcada por la disciplina, el respeto, la honradez y la determinación, virtudes inculcadas durante su servicio militar.
Sin duda, una receta de éxito para cualquier ciudadano. Las oportunidades están ahí; encontrarlas y aprovecharlas es lo que marca la diferencia. Por ello, ser soldado es sinónimo de transformación de vida y superación personal.















































































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