La NFL apuesta fuerte por la expansión internacional: anuncia más partidos fuera de EE. UU.
- Maynor Moncada Funez
- 16 oct
- 2 Min. de lectura
En un movimiento estratégico que busca consolidar su presencia global, la NFL reafirmó su apuesta por la expansión internacional de su temporada regular. Roger Goodell, comisionado de la liga, reveló que la meta, con miras al futuro cercano, es organizar 16 partidos internacionales al año, de modo que cada franquicia dispute al menos uno fuera de Estados Unidos.

Durante un evento que reunió a ejecutivos y representantes de la liga en Irlanda, Goodell destacó que la internacionalización ya no es solo simbólica, sino parte esencial del plan de negocios a mediano plazo.
La NFL ya programa partidos en ciudades no estadounidenses, como Londres, Madrid, Dublín y São Paulo. En 2026, la liga llevará su primer partido de temporada regular a Melbourne, Australia. Además, Brasil también se sumará al circuito global: el estadio Maracaná, en Río de Janeiro, albergará un enfrentamiento oficial en esa misma temporada.
La NFL también tiene en agenda aumentar su presencia en Asia, aunque aún no ha especificado sedes definitivas. Estas decisiones no son únicamente simbólicas: representan una apuesta comercial por nuevos mercados, por fortalecer la base de fanáticos fuera de EE. UU. y por abrir oportunidades de alianzas con medios, patrocinadores e instituciones locales.

Para los equipos, jugar fuera implica desafíos logísticos: viajes largos, adaptación horaria y compromisos con nuevos públicos. No obstante, para los aficionados de otras latitudes, incluida Centroamérica y Honduras, significa la oportunidad de ver en vivo a equipos de élite o, al menos, sentir más cerca la acción del más alto nivel.
Para el fútbol americano en América Latina, estas señales fortalecen la legitimidad del deporte como una disciplina con proyección internacional.

Aunque en Honduras aún no existe un calendario oficial de competencia de alto nivel reconocido por la NFL o sus filiales, el ambiente local como el de clubes aficionados o ligas emergentes puede beneficiarse del mayor interés, la cobertura mediática y las posibles visitas promocionales.
La expansión, por supuesto, tiene sus retos: adaptar calendarios, asegurar una logística eficiente, negociar derechos de transmisión en cada país, mantener la calidad competitiva y preservar la salud de los jugadores en rutas exigentes. A esto se suma el debate de si se podrá mantener la esencia de las rivalidades históricas y la “mística local” cuando los partidos se trasladen a escenarios internacionales.
Pero lo cierto es que hoy la NFL envía una señal clara: piensa en grande, visualiza el planeta como su estadio y empieza a marcar casillas en el mapa global del deporte. Para los seguidores del fútbol americano en Honduras, esto puede abrir puertas insospechadas a largo plazo.

















































































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